martes, 1 de marzo de 2011

AMANTE DE SOLEDAD, Capítulo 1

AÑO 2008
  -Ángel por favor, no me mandes más flores, mi marido se va a enterar un día de estos y no quiero ni pensar en lo que nos va a hacer a ambos, de verdad déjalo ya, estoy casada, no puede haber nada entre nosotros. Además aunque la situación no fuera tal y como es ahora tu y yo pertenecemos a mundos distintos.
   Ángel y Alexandra se habían conocido a principios de ese año y ahora después de 8 meses y en el acalorado mes de Agosto, Ángel no podía parar de pensar en las fantásticas piernas largas de Alexandra que perturbaban sus sueños y hacían que fuera capaz de estremecerse de placer,era curioso que lo único en su vida que fuera capaz de estremecerle en aquél momento fueran las piernas de una mujer, pero era incapaz de resistirse a ella, con lo que eso conllevaba ya que suponía también que fuera capaz de resistirse a sus perfectas curvas, al halo de perfección que la rodeaba, a sus perfectas piernas y su fantástica melena rubia oscura que caían como una cascada en forma de rizos hasta la mitad de su espalda. Para el no había nadie mas perfecto sobre la faz de la tierra, ella sin duda era una de las mujeres más atractivas que él había visto, por no decir que era la más atractiva, pero su marido se dedicaba día si y día no a causar contusiones por todo su cuerpo, y él no lo entendía, ¿Cómo era un hombre capaz de dañar a alguien tan perfecto? pero a pesar de todo ella conservaba toda su perfección, su marido era un canalla, y uno con muy poca inteligencia además, porque estaba visto que no sabía apreciar a la mujer que tenía a su lado, la cual era una mujer fantástica en todos los sentidos. La primera vez que vio a Alexandra atravesar la puerta del bar en el que trabajaba quedó maravillado por su belleza, así que tan pronto como pudo intentó acercarse a ella y hablarle, descubrió que ella amaba hablar y aprender fuera de lo que fuera y amaba la vida en sí misma, no por la belleza de esta, sino precisamente por todo lo contrario, por la aspereza que suponía vivir, había comprendido en muy poco y de muy mala manera que debía apreciar cada pequeño momento de libertad, todos y cada uno de los momentos que la hacían feliz o que simplemente eran capaces de provocarle una sonrisa, quizá así había sido como poco a poco, se había enamorado de ella. Todas las mañanas, ella se sentaba a tomar un café con churros en el ultimo asiento de la barra que quedaba justo enfrente de la cafetera, un tiempo después había descubierto que no era mera coincidencia sino que ella sentía un cierto entusiasmo por el olor del café recién hecho, al principio se limito a observarla desde lejos, miraba maravillado como ella bebía a pequeños sorbos el café hasta que sólo quedaba el rastro del azúcar que no se había disuelto en el liquido, después se comía sus churros y se iba, pero un día se armo de valor y fue a hablar con ella, pero cuando se acercó vio la mancha morada casi negra sobre su parpado y no pudo evitar preguntar
  -¿Qué te ha pasado en el ojo?
  -Es una larga historia... se podría decir que nunca he tenido demasiada suerte- Aunque se notaba tristeza, desamparo y soledad en su voz,en su cara se podía apreciar una leve sonrisa.
  -Aquí, en el bar, he oído algún que otro comentario, pero no me atrevería a decir  si son ciertos o no, al fin y al cabo son sólo rumores y uno nunca sabe hasta que punto esos rumores son ciertos, en fin supongo que debería callarme y limitarme a hacer mi trabajo, lo siento si en algún momento he dicho algo que pudiera ofenderle le aseguro que esa no era ni  mucho menos mi intención.
  Él se giró para alejarse pero un instante antes de que comenzara a andar ella dijo:
  -Me temo...
  Ángel se dio cuenta de que ella estaba esperando a que él le dijera su nombre, a si que se adelanto a decírselo.
  -Ángel, me llamo Ángel
  -En ese caso encantada Ángel, mi nombre es Alexandra, y como iba diciendo; me temo que los rumores que ha escuchado son todos ciertos-Alexandra no sabía porque estaba confiando en aquel hombre, pero sabía y podía asegurar que lo único que realmente sabía con certeza, era que no quería mantener su silencio ni un minuto más.-Aun así, no debería de hablar públicamente de esto y mucho menos con un desconocido.
  -Lo comprendo, aunque déjeme decirla que es usted una mujer preciosa y que cualquier hombre que se haya fijado lo habrá podido apreciar.
  En ese momento ella levantó la mirada, sus ojos brillaban en agradecimiento y su boca perfecta mostraba una sonrisa abiertamente. Desde aquel momento se había iniciado una especie de relación entre ellos hasta que Ángel hacía un par de días le había mandado flores, y ella ahora le estaba rogando que no lo volviera a hacer, era una de las pocas personas en las que ella confiaba y no quería perderle y mucho menos por algo así. Y él aunque no se lo iba a reconocer a ella, lo entendía perfectamente, comprendió que debía mantener su amor por ella escondido hasta que fuera el momento adecuado para declarar todo lo que sentía y abrir su corazón a aquella maravillosa mujer, porque sabía que lo haría antes o después al igual que sabia que ella estaba confundida y que ellos tenía más en común de lo que ella pensaba.

1 comentario:

  1. Me EN-CAN-TA!!! eSCribes super bien!! Me siento intrigada por saber lo que pasara en el segundo cap!!!

    Cuando publiques me avisas!!!

    Por ciero, cuantos años tienes?

    Nos vemos!!!
    T.K.M. ♥♥♥

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